18 de septiembre de 2011

La Hoja Roja - Reseña


«Hubo un silencio durante el cual se oyó, con breves intermitencias, el gotear del grifo en la pila. Al fin el viejo se arrancó y su voz brotaba como un chorro delgado pero firme y empezó a decir que los hombres creyeron que con meter el calor en un tubo habían resuelto el problema y en realidad no hicieron sino crearlo porque era inconcebible un fuego sin humo y de esta manera la comunidad se había roto.» 

Situémonos, para empezar, en esa noche en que se jubila Eloy, el anciano protagonista de la novela. Tras medio siglo de trabajo en el Departamento de Sanidad, el festejo que organizan ante su marcha es bien poca cosa, sobre todo si se advierte el desinterés de quienes asisten a él. Tras el adiós, previsiblemente, llega el vacío, la sensación de ausencia, y sobre todo, la idea de que las manecillas del reloj no han de seguir girando por mucho tiempo. Ese periodo, todo sea dicho, es particularmente intenso y decisivo para Eloy, cuya única compañía fiel es Desi, la joven pueblerina que le atiende en las tareas domésticas. En torno a este par de personajes deambulan otros de no menor interés: Leoncito, el hijo desagradecido y egoísta; Isaías, amigo de Eloy; y Picaza, el violento bribón con quien Desi pretende casarse y que acabará en la cárcel. Al final, puesto que la soledad incumbe tanto al viejo protagonista como a su criada, él le hace una propuesta que puede atenuar el desconsuelo: un matrimonio de conveniencia, sin otro fin que buscar el beneficio común; esto es: la compañía para Eloy y el hecho de que, a la muerte de éste, ella reciba la pensión de viudedad.

A pesar de que la síntesis que ofrecíamos más arriba puede dar la idea de que se trata de una narración angustiosa, muy inspirada en el desarrollo de la pesadumbre del jubilado, lo cierto es que el tono de la obra desmiente esa sospecha. Como ya dijo Edgar Pauk, el significado de la pieza quedaría destruido de haber en ella amargura. Lo mismo en su inicio y desarrollo que en el inesperado remate, es la ausencia de aflicción lo que caracteriza a la Desi y Eloy, ambos víctimas de vidas y eventos difíciles y tristes, pero ambos personajes llenos de calor humano y de positiva vitalidad, quienes al final pueden juntar sus dos calores para calentarse mutuamente.

Disponible en Caracas
Código: HOJA
Reseña cortesía de Centro Virtual Cervantes


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